Para que un objeto pueda denominarse como biodegradable, su composición debe ser en mayor parte natural o estar compuesto por materiales orgánicos capaces de degradarse al contacto con agentes biológicos, tales como los hongos y bacterias que hacen posible su descomposición.
Lo que es biodegradable, entonces, se degrada en condiciones naturales al descomponerse en las sustancias químicas que lo conforman.
El proceso de degradación de los residuos es muy importante para la naturaleza pues los objetos que se biodegradan le aportan energía y nutrientes, o se convierten en alimento para algunos animales y bacterias, y lo más importante, al degradarse naturalmente no se convierten en contaminantes, a diferencia de las sustancias químicas o de origen no natural.
Hace décadas, las personas no nos preocupábamos acerca del impacto que utilizar materiales biodegradables en el transcurso de la vida cotidiana tiene en el medio ambiente.
Fue hasta que la contaminación por estos residuos se convirtió en un problema cuando comenzamos a desarrollar objetos útiles para nuestras necesidades, capaces de satisfacerlas al mismo tiempo que son amigables con el medio ambiente.
Poliuretano y látex biodegradable
Por su consistencia y usos, es común que se piense que el látex está hecho a base de algún polímero, sin embargo, la forma en la que se obtiene es muy diferente; se extrae del árbol de caucho en forma de jugo y es utilizado en diferentes industrias para fabricar materiales y objetos elásticos como: guantes, preservativos, cámaras de aires, neumáticos y globos.
Es el material ideal pues tiene una gran capacidad elástica, no conduce la electricidad, evita el paso de la humedad y del aire.
Antes del látex, se utilizaba poliuretano para fabricar globos, lo cual tenía un potencial de daño enorme para el medio ambiente pues se trata de un material al que le toma ¡450 años descomponerse!.
Todo ese tiempo representa un problema enorme si tomamos en cuenta la cantidad de globos que se utilizan cada día, no solo en fiestas de cumpleaños o reuniones sociales, también se venden en plazas, como decoración, como juguetes para niños, y por supuesto, a manera de entretenimiento.
En cambio, los globos de látex tardan solo algunos meses en descomponerse y con ello reintegrarse a la naturaleza.
Esta característica los convierte en la opción adecuada al momento de elegir, no solo por ser amigables con el medio ambiente, sino porque puedes encontrarlos en una infinidad de formas y tamaños, colores y dibujos; las posibilidades de trabajar con este material son inmensas, así que seguramente encontrarás el globo ideal para la temática de tu fiesta o reunión, con la tranquilidad de que no estarás causando daño alguno al ecosistema.
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